La historia de la cerámica oriental abarca tradiciones ricas y diversas, destacando la cerámica persa y la cerámica china.
La primera, originaria de Rhages, se hizo famosa por su lustre verdiazulado a partir del 641 d.
de J.C.
Por otro lado, la cerámica china, desde el 3000 a.
de J.C., incluye vasijas fúnebres y objetos cotidianos con formas elegantes y decoraciones que evocan el neolítico.
El uso del lustre se introdujo en la dinastía Han, marcando un hito en la evolución de esta arte.
historia de la cerámica: cerámica oriental
La cerámica persa, conocida por «cerámica de Rhages», nombre de la ciudad en que se fabricaba, data de alrededor del 641 d. de J.C. y ganó fama por su brillante lustre verdiazulado, que también aparece en Siria.
En los tiempos predinásticos, desde aproximadamente el año 3000 a. de J.C., la cerámica china comprendía vasijas fúnebres de cerámica blanca, tallada con dibujos convencionales, y loza gris, algunos de cuyos objetos aparecen «con señales de estera», lo que denota que la arcilla húmeda debió ser cubierta con estera ordinaria. Tanto los objetos destinados a usos fúnebres como los empleados en la vida diaria presentaban excelentes formas. Muchos de los objetos de uso recordaban la época neolítica y aparecían decorados con pigmentos crudos sometidos al fuego.
El lustre se usó por vez primera durante la dinastía Han (206 a. de J.C.—220 d. de J.C.) en forma de vidriados de plomo traído desde Asia occidental, de indudable procedencia romana.
La mayoría de los hallazgos arqueológicos importantes, incluidas las excavaciones efectuadas poco antes de la II Guerra Mundial, llevadas a cabo con motivo de la construcción del ferrocarril de la provincia de Honan pertenecen a las tumbas Han y comprenden modelos de caballos de arcilla, muebles, animales, vasos rituales y artículos caseros de todas clases, hábilmente formados, que dan una interesante idea de la manera dé vivir del pueblo.
Abundan las figurillas en las tumbas del periodo comprendido entre las dinastías Han y T’ang (220-618). Continúan los vidriados de plomo de la dinastía Han y se ven también modelos que denotan la influencia de la cerámica helénica. Se cree que por este tiempo aparecieron los rudimentos de la porcelana, «una especie de proto:porcelana», que se transformará en la «porcelana verdadera» de la dinastía T’ang. Véase Porcelana.
La cerámica de Corea, aunque de influencia Han por la presencia de refugiados chinos, tomó caracteres peculiares durante el periodo Korai (918-1392 d. de J.C.), en que se ven ejemplares grabados y esculpidos.
En el Japón, la cerámica acusa en un principio la influencia coreana y más tarde la china. Cuando la ceremonia del té se generaliza, hay gran demanda de objetos de cerámica. La loza hecha a mano, con ligera cochura, aparece decorada en distintos colores.