La historia de la isla Creta en Grecia es rica y fascinante, marcada por descubrimientos arqueológicos que han dado vida a leyendas como la del rey Minos y el Minotauro.
Homero la describió como «la isla de las cien ciudades», donde el rey Idomeneo participó en la guerra de Troya.
A lo largo de los siglos, Creta fue escenario de luchas entre ciudades y potencias, desde su independencia hasta su incorporación al Imperio Romano, dejando un legado cultural y religioso significativo.
historia de la isla Creta (Grecia)
Los descubrimientos arqueológicos han confirmado o explicado algunas de las leyendas o tradiciones griegas sobre la Creta del rey Minos y el Minotauro. Homero adjetivó a Creta como «la isla de las cien ciudades», cuyo rey Idomeneo dirigió uno de los contingentes partícipes en la guerra de Troya. En Gortyna se conserva uno de los más antiguos códigos de leyes griegas. Neutral en las luchas sostenidas entre las ciudades griegas y el Imperio Persa, Creta se escindió a raíz de las Guerras Médicas en ciudades independientes y antagónicas entre sí, cuyas disputas pretendió solventar la Liga Cretense. Refugio de piratas en los siglos iii y ii a. de J.C., sus ciudades apoyaron a Mitrídates en la lucha de éste con Roma, que las conquistó e incorporó en el 67 a. de J.C. En tiempos de Augusto formó con Cirene una provincia romana.
Ya en vida de San Pablo existía una comunidad cristiana en Creta (Tit. 1:5-16). En la posterior división del Imperio Romano pasó a integrar la parte oriental. Tomada por los sarracenos en el 823 y reconquistada por los bizantinos en el 961, cayó en poder (1204) de las huestes de la IV Cruzada (en su ataque al Imperio Bizantino), que la cedieron a Bonifacio de Montferrat. Este a su vez la vendió a Venecia, que hubo de reprimir varios alzamientos. En 1645 la atacaron los turcos, que tropezaron con una feroz resistencia; Candía soportó un prolongado sitio antes de rendirse en 1669 y hubo sectores que resistieron aún más. Parte de la población abrazó el mahometismo, pero la mayoría siguió fiel a su religión secular.
Concomitantes con la guerra de independencia griega fueron los alzamientos cretenses en 1821 contra el turco. Mohamed Alí retuvo la isla de 1831 a 1840, en que revirtió al sultán. Nuevas y más importantes insurrecciones estallaron en 1866, 1878 y 1897, la última de las cuales provocó la guerra entre Grecia y Turquía, finalizada por un acuerdo en que se nombraba al principe Jorge alto comisario de la isla. Esta quedaba bajo la soberanía nominal del Imperio Otomano y la protección de Gran Bretaña, Francia y Rusia, pero en realidad bajo control de Grecia. Se estableció una asamblea electiva y los cretenses exigieron la reunificación con la Madre Patria, a cuyo lado lucharon en las Guerras Balcánicas.
En 1913 Turquía renunció formalmente a su soberanía y Creta pasó a integrar Grecia (v. Venizelos, Eleutherios) . Durante los siglos xix y xx la mayoría de los musulmanes se convirtieron al Cristianismo o emigraron. En el intercambio de población subsiguiente a la I Guerra Mundial fueron trasladados a Turquía casi todos los musulmanes que se habían quedado en la isla (v. Lausana, Tratado de).
De tal suerte los cretenses, casi sin excepción, continuaron ostentando la nacionalidad griega y la religión cristiano-ortodoxa.
La isla, que tuvo gran importancia estratégica durante la II Guerra Mundial, fue ocupada y fortificada por los ingleses en octubre de 1940. Al caer Grecia en poder de alemanes e italianos, el monarca heleno y su gobierno huyeron a Creta, que el 20 de mayo de 1941 fue invadida espectacularmente por un ejército alemán de más de 10000 hombres (v. Guerra mundial, II, Grecia y Creta). Dos días después emprendieron de nuevo la huida, esta vez a Egipto, el Rey y su Gobierno. Los ingleses perdieron dos cruceros y cuatro destrucres en el empeño de socorrer a la isla y, finalmente, la evacuaron. Los guerrilleros, sin embargo, mantuvieron en jaque a las fuerzas de ocupación (60000 soldados), que ocasionaron la destrucción de 60 aldeas y la muerte de 10000 cretenses.
Al finalizar la guerra, Creta, como el resto de Grecia, emprendió la tarea de reconstruir y rehabilitar el país. Con ayuda norteamericana y privada se modernizaron los puertos y se construyeron carreteras y aeropuertos, así como también bases estadounidenses en virtud de un acuerdo firmado en 1953. En marzo de 1956 se produjeron en Candía manifestaciones antibritánicas como consecuencia de la cuestión de Chipre.