La historia del archivado se remonta a la antigüedad, cuando los griegos y romanos reconocieron la importancia de conservar documentos, creando secciones especiales en templos.
Con el tiempo, esta función pasó a los príncipes, como los visigodos con sus scrinia domestica.
Sin embargo, la invasión árabe y la Reconquista llevaron a la pérdida de muchos archivos.
Durante la Edad Media, la Iglesia católica se convirtió en la guardiana de valiosos documentos y técnicas de archivado, que más tarde fueron perfeccionadas por los estados modernos tras la Revolución Francesa.
historia del archivado
Ya los griegos y romanos descubrieron la importancia del archivado y crearon seccionas especiales para la custodia de documentos en el recinto de los templos. Posteriormente pasó esta importante función a manos de los príncipes; así los visigodos contaban con sus scrinia domestica. Desgraciadamente, la invasión árabe hizo desaparecer todo rastro de los archivos visigóticos y la Reconquista destruyó los archivos árabes. Por ello sólo restan de aquel tiempo los documentos de algunos reinos cristianos: registros cancillerescos de León y Castilla, documentos reales de Cataluña y Aragón, etc. Durante la turbulenta Edad Media fue la Iglesia católica quien conservó no sólo documentos valiosísimos, como los conocidos cartularios monasteriales, sino las técnicas de archivado heredadas de la antigüedad clásica.
Tales técnicas de archivado fueron adoptadas y perfeccionadas por los estados modernos a raíz de la Revolución Francesa. Desde entonces, todos los gobiernos se han preocupado de crear o mantener instituciones nacionales que centralizan y supervisan la labor de los diversos archivos. Así Francia creó sus archivos centrales en 1794, Inglaterra estableció la New Record Office, Alemania, Suiza y Portugal organizaron sus servicios nacionales de archivos, etc. Durante todo el siglo xix y principios del xx fueron creando sus archivos nacionales los países jóvenes (Argentina (1821), México (1823), Bolivia (1825), Brasil (1839), Cuba (1841), Colombia (1868), Paraguay (1871), Costa Rica (1881), República Dominicana (1884), Nicaragua (1896), Panamá (1912), Venezuela (1914), Perú (1919), etc. y hoy puede decirse que no existe una sola nación carente de un servicio de archivos perfectamente organizado.
Abundan las Iglesias que han imitado el ejemplo de la católica y han constituido sus propios archivos, que con frecuencia son un valioso complemento de los oficiales. También revisten importancia las colecciones de documentos universitarios, municipales y provinciales.
La complejidad de la vida económica moderna ha obligado a crear un nuevo tipo de archivos: el comercial, que en ocasiones reviste tanta importancia para la empresa que obliga a crear una sección especial encargada de su custodia, como ocurre, por ejemplo, con los archivos de la Compañía Ford norteamericana.
Los archivos de mediados del siglo pasado utilizan profusamente las modernas técnicas de reproducción, especialmente la fotocopia, para reproducir y conservar documentos. Estos procedimientos ofrecen una doble ventaja: ponen a disposición de los estudiosos fondos cuyos originales se encuentran a miles de kilómetros de distancia y salvaguardan copias para el caso de destrucción de los originales. Así la Biblioteca del Congreso de Washington ha conseguido reunir una importantísima colección de microfilmes de todos los archivos europeos, colección que permanece al alcance de los eruditos norteamericanos. La reproducción microfotográfica de los notables archivos del Vaticano es labor en la que los técnicos llevan empleados varios años.
Las personas encargadas de la administración de los archivos reciben el nombre de archiveros. Estos, amén de conocer perfectamente la historia de su país y dominar la organización de la entidad en la que prestan servicios, han de ser verdaderos expertos en las técnicas de su profesión, capaces de compilar, restaurar, ordenar y describir el material que reciben para poder ponerlo al servicio del Gobierno, eruditos o personas interesadas.
En la actualidad en el archivado se emplea mucho la computación, la digitalización de los documentos y las bases de datos informáticas.