La
historia del café se remonta a su descubrimiento en Etiopía, donde se encontró en estado silvestre.
Se cree que su cultivo y uso como bebida iniciaron en Arabia, donde un pastor árabe descubrió sus propiedades estimulantes en el siglo VI.
Tras observar a sus cabras, que se volvieron vivarachas al consumir los frutos del cafeto, decidió probarlos y experimentó una agradable sensación.
La noticia se difundió rápidamente y se descubrió que al secar y hervir los frutos se obtenía una deliciosa bebida, a la que los árabes llamaron
kahwah.
Desde entonces, el café se cultivó y elaboró en Arabia, extendiéndose su consumo a Egipto, Siria y Turquía.
En el siglo XVII, los venecianos introdujeron esta bebida en Europa, dando origen a las primeras cafeterías en el continente.