La historia del contrapunto en la música refleja la evolución de las actitudes hacia el equilibrio entre los elementos armónicos a lo largo del tiempo.
La segunda mitad del siglo xvi, conocida como la edad de oro del contrapunto, destacó por la flexibilidad y nobleza en las voces, ejemplificada en la obra de Palestrina.
En el siglo xviii, el contrapunto barroco, representado por Bach, se centró en el contraste y la complejidad melódica, alcanzando una organización armónica excepcional.
historia del contrapunto (música)
Las actitudes en cuanto al equilibrio adecuado entre los elementos armónicos contrapuntísticos han variado considerablemente en la historia de la música. La segunda mitad del siglo xvi se denomina a menudo «edad de oro del contrapuntó», y ofreció un modelo del mismo la música de Palestrina, donde privaba una gran flexibilidad y nobleza, en el contrapunto de las voces, al mismo tiempo que se mantuvieron reglas un tanto rígidas (v. Escala; Modo) . Él contrapunto del gran periodo barroco del siglo xviii tendió al contraste (instrumental, rítmico, armónico y tonal), como lo muestran en una magnífica forma las obras de Bach (v. Bach, Johann Sebastian). La fuga, perfeccionada por éste y considerada forma ideal de contrapunto, atendía principalmente a la evolución de las líneas melódicas; sin embargo, paradójicamente, las fugas de Bach manifiestan invariablemente el grado más elevado de organización armónica (v. Fuga).
Casi todos los compositores del siglo xix se interesaron en general más por las posibilidades expresivas de la armonía que por el contrapunto. En la música de este periodo la textura de aspecto contrapuntístico merece, si se examina detenidamente, el calificativo de «armonía animada». La impresión del que escucha es que surgieron los acordes primeramente y se los adornó luego con bellezas melódicas.
Las progresiones cromáticas de las líneas melódicas introducidas para mayor riqueza de color y expresión condujeron a un tipo algo sinuoso de contrapunto.
El siglo xx contempló una vuelta al pasado, a la vez que el más avanzado desarrollo experimental; prácticamente han sido empleados por diversos compositores de este siglo todos los estilos concebibles de escritura contrapuntística. Gran parte de este renovado interés por el contrapunto se produjo como reacción contra el predominio que había tenido la armonía en el siglo anterior.
Cuando los compositores modernos hablan de «escritura lineal» y «contrapunto puro» indican su deseo de producir música que tenga la menor referencia posible con la armonía. Pudo alcanzarse y se alcanzó tal meta en el siglo xiii, porque había la costumbre de oir contrapuntísticamente; pero en el siglo xx sería muy difícil lograr los mismos resultados, porque para ello los oyentes deberían prescindir por completo de los significados musicales que a través de siglos de uso han adquirido las combinaciones sonoras.