La historia del enterramiento de muertos y los cementerios refleja prácticas que se remontan a la antigüedad.
Desde los mausoleos de los paganos romanos hasta las sepulturas de los primeros cristianos, el tratamiento de los difuntos ha evolucionado.
Inicialmente, se prefería el enterramiento en la tierra, lejos de las iglesias, pero con el tiempo, se establecieron camposantos junto a ellas.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX, la necesidad de espacios más saludables llevó a cambiar esta tradición en las ciudades europeas.
historia del enterramiento de muertos y cementerios
El enterramiento de los muertos se practicó desde la más remota antigüedad. Los primitivos cementerios paganos, como los emplazados a lo largo de las vías que partían de Roma, eran comúnmente mausoleos que contenían los cuerpos de los difuntos o las urnas que guardaban las cenizas de los incinerados. Los primeros cristianos de Roma, siguiendo antigua costumbre de egipcios y judíos, sepultaban a sus muertos en el seno de la tierra. Al parecer no lo hacían dentro o en las cercanías de las iglesias. Al cabo de algunos siglos, sin embargo, era común sepultar a los dignatarios eclesiásticos y personas reales bajo las losas de los templos. Al correr del tiempo nació la costumbre de enterrar a los muertos en camposantos anejos a las iglesias, pero parte por las condiciones insalubres creadas con ello, parte por rebosar ya tales lugares de sepulturas, la costumbre quedó interrumpida a mediados del siglo xix en las ciudades europeas y se exigió que en adelante todo sepelio se efectuara fuera de los límites urbanos. Aunque la norma de alejar los lugares de enterramiento de los centros de población se ha hecho general, todavía quedan muchos camposantos adjuntos a las iglesias en los medios rurales.
En Europa abundan los cementerios antiguos, generalmente de gran belleza, que encierran verdaderas obras de arte. Uno de los más antiguos cementerios «modernos» es el del Père Lachaise, de París, que data de 1804. La mayoría de los cementerios son de propiedad municipal. La Iglesia Católica cuenta generalmente con cementerios no adyacentes a las iglesias, práctica que siguen muchas sinagogas judías y alguna que otra secta protestante. El funcionamiento de los cementerios tanto públicos como privados aparece regulado por estrictas ordenanzas civiles. Antes de verificar cualquier sepelio es menester solicitar de las autoridades locales el correspondiente permiso. Aunque tradicionalmente se ha permitido en los cementerios la erección de esculturas, bustos y mausoleos familiares, en algunos países se prefieren modernamente los cementerios de perspectiva más amplia en que sólo se permiten estelas horizontales de tamaño uniforme.
Los antiguos cementerios, con sus numerosas lápidas y epitafios, han ofrecido abundante información histórica a los estudiosos y universal interés a las gentes. Algunos países, como Alemania, Inglaterra, Italia y muy particularmente Estados Unidos mantienen cementerios militares, muchos enclavados fuera del ámbito nacional, en anteriores campos de batalla. Concretamente Estados Unidos cuenta con 90 cementerios militares en su propio suelo, entre los que descuella el cementerio nacional de Arlington (Virginia), cerca de Washington, donde se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido.