La historiografía empírica es una corriente dentro de la disciplina de la historia que se caracteriza por su enfoque en la recolección y análisis de datos empíricos para la construcción de conocimiento histórico. A diferencia de otras corrientes historiográficas que se apoyan más en la interpretación y la teoría, la historiografía empírica busca sustentar sus afirmaciones en evidencias tangibles y verificables.
Este enfoque se basa en la idea de que la historia debe ser tratada como una ciencia social, y por lo tanto, debe seguir los métodos y principios de investigación propios de las ciencias. Esto implica la utilización de fuentes primarias, como documentos, testimonios, artefactos, etc., y la aplicación de métodos rigurosos de análisis, como la crítica de fuentes, la comparación y la contrastación de evidencias.
La historiografía empírica ha sido especialmente influyente en la historia social y económica, donde el análisis de datos cuantitativos y la investigación empírica han permitido arrojar luz sobre fenómenos históricos y procesos sociales. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas, ya que se considera que puede limitar el análisis histórico a meros hechos y cifras, dejando de lado las complejidades y matices propios de la experiencia humana.
En resumen, la historiografía empírica se caracteriza por su enfoque en el análisis de datos empíricos para la construcción de conocimiento histórico, siguiendo los principios y métodos de las ciencias sociales.
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