La hoja lobulada se compone de varias partes, entre las cuales se encuentran:
1. Limbo: Es la parte principal y plana de la hoja, donde se lleva a cabo la fotosíntesis. Puede tener diferentes formas y tamaños, pero en el caso de la hoja lobulada, presenta lóbulos o entrantes y salientes redondeados.
2. Pecíolo: Es la estructura que une la hoja al tallo de la planta. En algunas hojas lobuladas, el pecíolo puede ser largo y delgado, mientras que en otras puede ser corto o incluso inexistente.
3. Vena central: Es una línea o nervadura que recorre el centro de la hoja y se ramifica hacia los lóbulos. Esta vena es la encargada de transportar agua, nutrientes y sustancias fotosintéticas a lo largo de la hoja.
4. Lóbulos: Son las partes de la hoja que presentan entrantes y salientes redondeados. Pueden ser pequeños o grandes, dependiendo del tipo de hoja lobulada. Los lóbulos pueden ser simétricos o asimétricos, y su forma puede variar considerablemente entre diferentes especies de plantas.
Estas son algunas de las partes más comunes de una hoja lobulada. Cabe mencionar que la estructura de la hoja puede variar según la especie de planta, por lo que es posible encontrar características adicionales o diferentes en algunos casos.
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