Hostigar puede referirse a dos acciones distintas.
En primer lugar, se utiliza para describir el acto de fustigar a las caballerías, es decir, azotar o castigar a los caballos para que aceleren o se comporten de cierta manera.
Por otro lado, también se emplea para indicar la acción de excitar o acosar a alguien de forma persistente, causándole malestar o incomodidad.
Por ejemplo, una persona puede hostigar a otra en el trabajo hasta que esta decide renunciar.
Hostigar, en este sentido, se refiere a azotar o castigar a los caballos, generalmente con un látigo, para hacer que aceleren su paso o se comporten de la manera deseada.
Ejemplos de uso: "El jinete hostigaba a su caballo para que cruzara el río lo más rápido posible"
"El entrenador hostigó a los caballos para que corrieran más rápido durante la carrera".