La incardinación es un término que se refiere a la acción y efecto de incardinar, que implica integrar o asociar algo de manera formal a un grupo o institución.
En contextos religiosos, se utiliza para describir la incorporación de un clérigo a una diócesis, estableciendo así un vínculo oficial.
Este concepto resalta la importancia de la pertenencia y el compromiso dentro de una estructura organizativa, ya sea en el ámbito eclesiástico o en otros ámbitos sociales.