La palabra inconducente se refiere a algo que no lleva a un fin o propósito determinado, siendo considerado improcedente o inadecuado.
Aunque la RAE la clasifica como de poco uso, su relevancia se mantiene en contextos actuales, especialmente en debates y análisis.
En el ámbito legal, se aplica a pruebas que no son aptas para demostrar un evento, es decir, aquellas que no logran el resultado deseado debido a su inadecuación.
adj. Que no conduce a un fin o propósito determinados. Improcedente, inadecuado.
♦ La RAE la describe como palabra de poco uso, pero tiene bastante vigencia en los medios actuales.
Ejemplos de uso: "no comprendo por qué defiendes esta estrategia, es inconducente bajo todo aspecto de vista".
"Cómo se lo reemplaza es una pregunta inconducente, ese jugador no tiene reemplazo, ¡es excepcional!".
"ese método de protesta es inconducente, nunca lleva a nada bueno".
"estoy cansado de la burocracia inconducente".
Der. En materia probatoria, prueba que no es apta para demostrar el evento a probar. También llamada prueba inútil. Es aquella que cabe razonablemente conjeturar que no logrará el resultado apetecido, pues existe inadecuación de medio a fin.
Por ejemplo, se pretende acreditar la venta de un bien inmueble valiéndose de un documento privado, en este caso se puede alegar que dicho documento no es idóneo legalmente ya que la ley exige celebrarla mediante escritura pública, por lo tanto es una prueba inconducente.
Origen etimológico de inconducente: proviene del prefijo in- y conducente.