La inconmutabilidad es la cualidad de ser inconmutable, es decir, de no poder ser alterado o cambiado.
Este término se utiliza en contextos filosóficos y jurídicos para referirse a la estabilidad y permanencia de ciertos principios o normas.
La inconmutabilidad implica una resistencia al cambio, lo que la convierte en un concepto fundamental en debates sobre la naturaleza de la verdad y la justicia.