El término infantado se refiere al territorio que pertenece a un infante o infanta, es decir, a los hijos de los reyes.
Este concepto evoca una conexión con la nobleza y el privilegio, ya que estos territorios eran administrados y disfrutados por la realeza.
A lo largo de la historia, el infantado ha representado no solo un espacio físico, sino también un símbolo de poder y estatus dentro de la jerarquía monárquica.