El término infanzonazgo se refiere al solar o territorio que pertenece a un infanzón, una persona de la baja nobleza en la España medieval.
Este concepto no solo implica la posesión de tierras, sino también un estatus social que confería ciertos derechos y privilegios.
Así, el infanzonazgo se convierte en un símbolo de la relación entre la nobleza y la tierra, reflejando la importancia del linaje en la estructura social de la época.