El término inyuncto y su forma femenina inyuncta son participios pasados irregulares del verbo inyungir, que significa prevenir, imponer o mandar.
Aunque estas palabras tienen un uso anticuado y se encuentran en desuso, evocan la idea de una acción que se ha llevado a cabo en el pasado, relacionada con la imposición de una orden o mandato.
Su significado refleja un contexto lingüístico que ha quedado relegado en la actualidad.