La palabra isagoge proviene del griego y se refiere a una introducción o exordio que prepara al lector o oyente para un tema específico.
Este término se utiliza en contextos académicos y filosóficos, donde una isagoge ofrece un marco conceptual que facilita la comprensión de ideas complejas.
Su función es guiar y contextualizar, asegurando que el público esté listo para abordar el contenido que sigue.