Islas y arrecifes coralígenos son formaciones naturales que se originan a partir del crecimiento de corales vivientes y otros organismos asociados en zonas marinas.
Cuando estos arrecifes crecen lo suficiente, emergen del mar y pueden llegar a formar islas de coral.
Lugares como las Bahamas, las Bermudas y las Islas Fidji presentan depósitos de caliza coralífera, mientras que en las Islas Ellice se puede observar este tipo de formación de manera más clara.
Los corales constructores de arrecifes suelen encontrarse a profundidades entre 75 y 90 metros, pero su desarrollo óptimo se da en regiones a mitad de esa profundidad.
islas y arrecifes coralígenos
Un arrecife es una zona en la que se encuentran corales vivientes junto a una hueste de organismos asociados. Cuando el arrecife crece, emerge del mar y forma una isla de coral (ver: Atolón).
Las Bahamas y las Bermudas, en el Atlántico, y algunas de las Islas Fidji, en el Pacífico, presentan una delgada costra de depósitos recientes que descansan sobre una masa más espesa de caliza más antigua; sólo en unos pocos lugares, como en las Islas Ellice, es visible la caliza coralífera reciente.
El coral viviente constructor de arrecifes alcanza en el mar profundidades comprendidas entre los 75 y 90 m, pero crece mejor en regiones situadas aproximadamente a la mitad de dicha profundidad.
El ritmo de crecimiento no se conoce con precisión y difiere según las diferentes especies; influyen en él además las relaciones entre el pólipo y las corrientes oceánicas, así como la disponibilidad general de alimento.
El plancton disponible (vegetales y animales diminutos) arrastrados por el agua en la superficie del mar, que sirven de alimento a los corales y otros animales acuáticos, es mucho menor a sotavento que a barlovento de una isla determinada y en el Pacífico oriental que en el occidental. Con todo, los corales aparecen asociados con algas verdes que requieren luz. Esta asociación y la acumulación de mayores cantidades de alimento en la superficie pueden explicar que los corales constructores de arrecifes se encuentren en aguas relativamente poco profundas.
Buzos instalan instrumentos de monitoreo en arrecifes de corales. CC
Clases de arrecifes de corales
Suelen distinguirse tres clases de arrecifes coralígenos: los costeros, que bordean la costa de una masa de tierra ya existente y pueden estar unidos a ella o separados de ella por una estrecha franja de agua somera; los arrecifes barrera, que también bordean una masa de tierra, pero aparecen separados de ella por una laguna; y los atolones o arrecifes circulares que rodean una laguna central.
La profundidad de estas lagunas varía entre algunos decímetros y más de 100 m. Por la parte exterior el arrecife o isla coralígenos pueden descender casi verticalmente durante cierto trecho (por ejemplo, en el arrecife de Bougainville, más de 90 m, y el de Funafuti, 240 m) y presentar a continuación una fuerte pendiente. Esta pendiente puede empezar ya a partir de la superficie y no son raras las inclinaciones de 50°.
Se cree que todo grupo de islas coralígenas descansa sobre un banco submarino bien determinado. Las mayores formaciones coralígenas son probablemente las que se observan en las aguas relativamente someras de Nueva Guinea y Australia, en el Pacífico occidental. Pero incluso en el arrecife de la Gran Barrera australiana, la capa reciente es relativamente delgada y la mayor parte de la formación corresponde a caliza más antigua.
La distribución horizontal de los arrecifes coralinos está limitada a las regiones tropicales y subtropicales en que la temperatura del agua es de unos 21 °C. La ausencia de arrecifes coralígenos en las regiones orientales de los océanos, excepto en formaciones muy limitadas como las Rocas Houtman a lo largo de la costa oeste de Australia occidental, se atribuye a las corrientes frías superficiales de dichas regiones.
Se han propuesto diversas teorías para explicar la formación de las islas de coral. La más aceptada supone que estas islas se originaron inicialmente a causa de movimientos diferenciales y erupciones volcánicas del fondo oceánico.
