La palabra isleta se refiere a una porción de tierra que, al igual que una isla, está rodeada de agua por todos sus lados.
Sin embargo, la isleta suele ser más pequeña que una isla, lo que la convierte en un espacio natural que puede albergar diversas formas de vida y ecosistemas.
Este término evoca imágenes de paisajes tranquilos y aislados, donde la naturaleza se manifiesta en su estado más puro.