Un islote es una porción de tierra pequeña y rocosa que emerge del agua, ya sea en el mar, un lago o un río.
A diferencia de las islas más grandes, los islotes son diminutos y no suelen tener espacio para que se establezcan comunidades humanas o una gran variedad de vida silvestre.
Un islote, en términos geográficos y geomorfológicos, se caracteriza por ser una porción de tierra más pequeña que una isla, emergiendo del fondo acuático para revelarse sobre la superficie del mar, un lago, un río o cualquier otro cuerpo de agua.
A diferencia de las islas de mayor tamaño, los islotes suelen tener dimensiones reducidas que limitan la posibilidad de albergar asentamientos humanos permanentes o una biodiversidad extensa.
No obstante, pueden ser puntos clave para la nidificación de aves marinas o servir como refugio temporal para diversas especies.
Desde el punto de vista legal y administrativo, los islotes pueden pertenecer a jurisdicciones nacionales o territoriales específicas, dependiendo de su ubicación. En algunos casos, estos pequeños territorios son objeto de disputas internacionales cuando se encuentran en zonas estratégicas o ricas en recursos naturales.
En el ámbito cultural y turístico, los islotes tienen un encanto particular. Su aparente aislamiento y la belleza natural que los rodea los convierten en destinos atractivos para aquellos que buscan experiencias únicas lejos de las grandes masas de tierra.
Algunos islotes son accesibles para visitas diurnas y actividades recreativas como el buceo, el snorkel y la observación de aves.
• « conservo en la memoria borrosas fotografías en las que aparecemos mi padre y yo solos, en un bote anclado cerca de un islote azul verdoso de lirios acuáticos. »