El término jordán tiene un significado profundo y simbólico.
En su primera acepción, se refiere a lo que remoza y purifica, evocando la idea de renovación y frescura.
Además, la expresión ir uno al Jordán se utiliza de manera figurada y familiar para describir el proceso de convalecer o recuperarse, sugiriendo un viaje hacia la sanación y el bienestar.
Así, "jordán" se convierte en un símbolo de transformación y revitalización.