El término jorgolino proviene del germánico jorgolín, y se refiere a un compañero o criado de un rufián.
Esta palabra evoca la idea de una relación de servicio o acompañamiento en contextos donde la figura del rufián, a menudo asociada con la vida marginal, juega un papel central.
Así, el jorgolino se convierte en un personaje que refleja la dinámica de lealtad y dependencia en entornos sociales complejos.