La palabra kebir proviene del árabe y se traduce como grande.
Este término no solo tiene un significado literal, sino que también se utiliza en la formación de diversos nombres geográficos, reflejando la importancia de la magnitud en la cultura árabe.
Su uso en topónimos resalta la conexión entre el lenguaje y la identidad de los lugares, aportando un sentido de grandeza y relevancia a las regiones que designa.