La segunda cruzada fue un importante conflicto militar que surgió en respuesta a la pérdida del principado de Edesa en 1144, cuando el atabeg Zengi derrotó a los cruzados.
La amenaza sobre los Santos Lugares motivó al papa Eugenio III a convocar una nueva cruzada, impulsada por San Bernardo de Claraval.
Reyes como Conrado III de Alemania y Luis VII de Francia lideraron ejércitos, pero enfrentaron derrotas significativas, lo que marcó un capítulo crucial en la historia de las cruzadas.
la segunda cruzada (historia de las cruzadas)
El atabeg -jefe militar- de Mosul, llamado Zengi, arrebató a los cruzados en 1144 el principado de Edesa en la frontera oriental. Su hijo Nur-ed-din coronó la victoria con ataques al
reino de Jerusalén. La amenaza que se cernía sobre los Santos Lugares despertó de nuevo a Europa. El papa Eugenio III sugirió una nueva cruzada, que se encargó de predicar con éxito considerable San Bernardo de Claraval. Esta vez se indujeron los reyes cristianos a ponerse al frente del movimiento; Conrado III de Alemania y Luis VII de Francia se armaron cruzados y reunieron grandes ejércitos. El de Conrado sufrió grave derrota (1147) a manos del sultán de Iconium (Konia), derrota que Occidente atribuyó a la falta de apoyo del emperador bizantino, Manuel Comneno. Después de un ataque infructuoso sobre Damasco (julio 1148) regresaron a Europa los restos de los ejércitos.
La lucha fue continuada por los caballeros que quedaron en el reino, los cuales, después de adueñarse de Ascalona en 1153, derrotaron diez años más tarde a Nur-ed-din en Krak. Una nueva amenaza apuntaba ahora por Egipto. Los ejércitos de Nur-ed-din, mandados por Shirkoh y su sobrino Salah-ed-din o Saladino, dominaban virtualmente Egipto bajo la jefatura nominal de los califas fatimitas (v. Egipto, Historia; Saladino). Saladino derrocó al califa y, dueño de Egipto, avanzó sobre Palestina. En julio de 1187 ganó sobre los cruzados la decisiva victoria de Hattin, que le abrió las puertas de Jerusalén. Los cruzados se refugiaron en la costa, donde aún se hacían fuertes Tiro, Trípoli y otros puntos.