El término labe se refiere a una mancha o plaga, aunque su uso es poco común en la actualidad.
Esta palabra, de origen antiguo, evoca imágenes de imperfecciones o marcas que pueden afectar a objetos o superficies.
A pesar de su escasa presencia en el lenguaje cotidiano, su significado resuena en contextos donde se habla de deterioro o contaminación, recordándonos la importancia de cuidar lo que nos rodea.