El término lacrimable es un adjetivo que se considera anticuado y actualmente está en desuso.
Su significado se relaciona con lo que es digno de ser llorado, evocando una sensación de tristeza o compasión.
Aunque ya no se utiliza con frecuencia en el lenguaje cotidiano, su raíz se conecta con la idea de provocar lágrimas o un profundo sentimiento de pesar.