El término lapidar tiene dos acepciones principales.
En su sentido más literal, se refiere a la acción de apedrear a alguien, lo que implica un acto violento que puede resultar en la muerte.
En un contexto más figurado, se utiliza para describir la acción de fulminar a alguien con la mirada, transmitiendo una intensa desaprobación o desprecio.
Ambas acepciones comparten una connotación de agresividad y condena.