Locución latina que significa «gloria de Dios» o «alabado sea Dios», y se emplea al terminar una obra escrita y como forma de salutación al ingresar en una casa, especialmente religiosa. También se empleaba antiguamente como encabezado en letras de cambio.
En ocasiones también se usa «laus deo semper» (alabado sea Dios siempre). Es el lema de muchos santos, especialmente los de la tradición monástica.
Ejemplos de uso: "En la tapa de aluminio del Monumento a Washington en Washington, DC, se muestran dos palabras: Laus Deo".
"laus deo es lema del Vizconde de Arbuthnott y de la Escuela de Gramática de Sydney".
Etimología u origen de la palabra laus deo: del latín laus Deō.