La lechuga romana es una variedad de la lechuga cultivada que se caracteriza por sus hojas alargadas y crujientes, con un sabor más intenso que otras variedades.
Es muy apreciada en ensaladas y platos frescos, aportando un toque de frescura y textura.
Su cultivo se ha extendido por diversas regiones, convirtiéndola en un ingrediente esencial en la gastronomía saludable.
Para entender mejor su contexto, se recomienda consultar la definición de lechuga.