Las leyes de Kirchhoff son principios fundamentales que rigen el comportamiento de la corriente eléctrica en los circuitos.
La primera ley, conocida como la ley de conservación de la carga, establece que la corriente que entra a un punto debe ser igual a la que sale, asegurando que no haya acumulación de carga.
La segunda ley se refiere a la fuerza electromotriz en un circuito cerrado, afirmando que la suma de las diferencias de potencial es cero, lo que garantiza un equilibrio en el flujo eléctrico.
Las magnitudes de la corriente y de la f.e.m. en un circuito de corriente y en sus distintas ramas pueden determinarse por las dos leyes fundamentales de Kirchhoff. La primera de ellas establece que en cualquier punto del circuito la electricidad no puede aparecer, desaparecer o acumularse en carga concentrada. O sea, que la corriente total o flujo de electricidad en un punto debe ser necesariamente igual al flujo total de la electricidad fuera de este punto. Esta primera ley es simplemente una reafirmación del principio de conservación de la energía. La segunda ley establece que la fuerza electromotriz total en un circuito cerrado es cero. Se comprueba fácilmente la veracidad de tal aserto en el hecho de que, si bien el potencial puede variar de un punto a otro del circuito, si recorremos un circuito cerrado terminamos volviendo al punto y potencial de origen tras haber observado una diferencia neta de potencial o f.e.m. en torno al circuito de cero. Al hablar de total de f.e.m. se incluye, desde luego, la diferencia de potencial debida a las baterías y generadores, a las corrientes en las resistencias, a los condensadores cargados y a la inducción magnética.