La palabra lezne se refiere a algo que es deleznable, es decir, que tiene una naturaleza frágil o que se rompe con facilidad.
Este término también puede describir situaciones o actitudes que son inestables o poco confiables.
En su esencia, lo lezne evoca una sensación de vulnerabilidad, tanto en objetos como en comportamientos, resaltando la precariedad de lo que se considera débil o insignificante.