La limosidad se refiere a la calidad de ser limoso, es decir, a la textura o consistencia que presenta un material que es suave y pegajoso, similar a la arcilla.
Además, en el ámbito de la salud bucal, la limosidad también puede aludir al sarro que se acumula en la dentudura, una sustancia dura y amarillenta que se forma por la acumulación de placa bacteriana y minerales.
Ambas acepciones reflejan aspectos relacionados con la consistencia y la higiene.