La limpieza de sangre es un concepto histórico que se refiere a la calidad de una persona de no tener mezcla con grupos considerados indeseables, como moros, judíos, herejes o penitenciados.
Este término fue utilizado en la España medieval para establecer jerarquías sociales y determinar el estatus de individuos en la sociedad.
La búsqueda de la pureza de sangre tuvo profundas implicaciones en la vida social, política y religiosa de la época.