Un litigante es una persona que participa en un litigio o disputa judicial. Esta figura puede ser tanto el demandante como el demandado en un proceso legal. Su objetivo principal es defender sus derechos e intereses ante un tribunal de justicia.
Para convertirse en litigante, es necesario contar con una causa legal, es decir, tener un motivo justificable para iniciar un litigio. Esto implica haber sufrido algún perjuicio o vulneración de derechos por parte de otra persona, empresa o entidad.
El litigante debe presentar una demanda ante el tribunal correspondiente, en la cual expone los hechos y fundamentos legales que respaldan su reclamo. Además, debe proporcionar pruebas y evidencias que respalden su posición, tales como documentos, testimonios y peritajes.
Durante el proceso litigante, ambas partes tendrán la oportunidad de presentar sus argumentos y pruebas, así como de rebatir los argumentos y pruebas presentados por la otra parte. Todo esto se realiza en un ambiente controlado y regulado por el sistema judicial, garantizando el debido proceso y la imparcialidad.
Es importante mencionar que el litigante puede ser representado por un abogado o puede actuar en su propia defensa, aunque en casos más complejos o de mayor envergadura es recomendable contar con asesoría legal especializada.
Origen etimológico de litigante: proviene del antiguo participio activo de litigar; latín litigans, -antis.
adj. = adjetivo p. = participio p.a. = participio activo s. = sustantivo o siglo o sur Ú. = Úsase Ú.m. = Úsase más Ú.m.c.s. = Úsase más como sustantivo Más abreviaturas...