Las plantas lorantáceas son angiospermas dicotiledóneas que se caracterizan por ser casi parásitas o parásitas, con flores masculinas y femeninas separadas, y fruto en baya.
Permanecen siempre verdes y suelen crecer enredándose alrededor de otras plantas, a las que utilizan como soporte para su desarrollo.
Las flores de estas plantas son pequeñas y se presentan en grupos, con colores que van desde blanco hasta rojo, emitiendo a menudo fragancias para atraer a insectos polinizadores.
Es importante destacar que las flores masculinas y femeninas se encuentran en individuos distintos.
adj. / f. Bot. Se aplica a las plantas angiospermas dicotiledóneas, casi parásitas o parásitas, con flores masculinas y femeninas separadas, y fruto en baya. Están siempre verdes.
Las lorantáceas suelen ser plantas trepadoras que se adhieren a otras especies de plantas, las cuales utilizan como soporte para su crecimiento. Generalmente, se enroscan alrededor de las ramas o troncos de sus hospedadores, aprovechando su estructura para obtener nutrientes y agua.
Las flores lorantáceas son pequeñas y generalmente están agrupadas en inflorescencias. Estas flores pueden ser de color blanco, amarillo, rosa o rojo, y muchas veces, son muy fragantes, atrayendo así a insectos polinizadores. Las flores masculinas y femeninas se encuentran en plantas separadas, lo que significa que existen individuos masculinos y femeninos.
En cuanto a sus frutos, estos son considerados bayas. Las bayas son estructuras carnosas y jugosas que contienen las semillas de la planta. Estos frutos pueden variar en su color, desde tonalidades de rojo y naranja hasta verde o amarillo.
Otra característica importante de las lorantáceas es que son plantas siempre verdes, lo que significa que mantienen sus hojas durante todo el año, sin perderlas durante la estación seca o fría. Esto les permite mantener su capacidad fotosintética constante y seguir obteniendo los nutrientes necesarios para su supervivencia, incluso cuando sus hospedadores han perdido sus hojas.