La biología es la ciencia que estudia el lugar de los seres vivos en la naturaleza, analizando cómo se organizan desde el protoplasma hasta las células, y de estas a animales y plantas.
Este estudio incluye las interacciones entre especies, como la cooperación en colonias de hormigas o la simbiosis, donde organismos diferentes, como un hongo y un alga, se unen para sobrevivir.
La biología revela la complejidad y belleza de la vida en su entorno.
lugar de los seres vivos en la naturaleza (biología)
Se ha visto hasta ahora cómo la vida se organiza en protoplasma, éste en células y éstas en animales y plantas. La etapa final consistirá en la organización de los animales y plantas entre sí y en relación con el medio físico en que viven.
Muchas plantas y animales han elaborado métodos de vida cooperativa. Existe organización social en las colonias de hormigas, donde impera una rígida división del trabajo. La esponja constituye asimismo un ejemplo de colonia típica en que unos grupos de células están especialmente adaptados para aportar una contribución necesaria a la supervivencia de la totalidad. Una organización física más íntima es la simbiosis, en la que dos plantas o animales distintos se asocian para formar un tercer organismo. El caso más conocido es el del liquen, en que se combinan un hongo, que absorbe agua y entrecruza sus raíces para sostenerse, y un alga verde unicelular que, viviendo entre esas raíces, elabora el alimento para el hongo y para sí misma. El comensalismo o comida en común aparece en las anémonas del mar que crecen en conchas de crustáceos. El crustáceo proporciona medibs de transporte y protección y recibe a cambio una parte del alimento apresado por la anémona. Esta clase de cooperación degenera fácilmente en parasitismo, en que el animal o planta adheridos crecen a expensas del huésped.
Ninguna planta o animal, bien constituya parte de un equipo cooperativo o bien se desenvuelva individualmente, puede sobrevivir a menos que esté adaptado a su total ambiente. Este supone no sólo otros animales y plantas, sino también el clima y el terreno (v. Adaptación). Una asociación es un grupo de plantas y animales recíprocamente dependientes y dependientes a la vez de su medio. Tales asociaciones son tan diversas como la superficie del planeta. Las grandes profundidades, las regiones medias y las capas superficiales de los océanos sostienen cada una asociaciones distintas; las playas y zonas batidas por las aguas mantienen otras. En las grandes selvas, el suelo, la superficie y las copas de los árboles son mundos distintos, cada uno con su población propia. Las asociaciones de este tipo requieren para su desarrollo cientos de miles y hasta millones de años (v. Ecología). Sin embargo, aparecen tan delicadamente equilibradas que la intervención del hombre resulta para ellas habitualmente desastrosa. Ciertas regiones hoy polvorientas de Estados Unidos constituyeron una asociación estable conocida con el nombre de pradera cuando fueron descubiertas por el hombre blanco. Los organismos del suelo mantenían a la hierba, que, a su vez, alimentaba vastos rebaños de bisontes, que, por su parte, proporcionaban alimento a las tribus nómadas de cazadores indios. El brusco intento del hombre, poco familiarizado con la biología, de cambiar la pradera en una «asociación de tierra arable», hizo perder al pueblo de Estados Unidos muchos miles de kilómetros cuadrados de recursos naturales valiosos. Técnicos en la materia tratan ahora de impedir tales desastres elaborando medios racionales de conversión de un tipo de asociación en otro.