El mal de San Antón es una enfermedad que se caracteriza por una especie de erisipela maligna, una infección cutánea que provoca enrojecimiento e inflamación en la piel.
Esta afección ha sido históricamente asociada con el culto a San Antón, patrón de los animales y protector contra diversas dolencias.
Su nombre evoca tanto la tradición popular como la medicina antigua, reflejando la conexión entre la fe y la salud.