La malignidad se refiere a la cualidad de ser maligno, es decir, a la tendencia o disposición a hacer el mal.
Esta característica puede manifestarse en pensamientos, acciones o intenciones que buscan causar daño o sufrimiento a otros.
La malignidad no solo implica una falta de bondad, sino que también conlleva un deseo deliberado de perjudicar, lo que la convierte en un concepto profundamente negativo en las relaciones humanas y en la moralidad.