La palabra malino y su forma femenina malina se utilizan en el lenguaje coloquial para describir a alguien que tiene una naturaleza maligna o que tiende a obrar de manera negativa.
Estas acepciones reflejan una inclinación a pensar o actuar de forma perjudicial, sugiriendo una actitud que puede ser dañina o malintencionada.
En este contexto, se asocian con características de deslealtad o malicia en las acciones y pensamientos de una persona.