La palabra mandanga se refiere a una actitud de flema o indolencia, caracterizada por la tardanza y la pachorra.
Este término evoca una forma de ser que se manifiesta en la falta de prisa o en la despreocupación ante las responsabilidades.
En contextos coloquiales, puede usarse para describir a personas que actúan con desinterés o que no se toman las cosas demasiado en serio, reflejando una manera relajada de enfrentar la vida.