El término manitú se refiere a una divinidad venerada por los indios de América del Norte, simbolizando una fuerza espiritual que representa la conexión con la naturaleza y el universo.
En un sentido más amplio y figurado, también se utiliza para describir a un personaje poderoso, alguien que ejerce una gran influencia o autoridad en su entorno.
Así, el concepto abarca tanto lo sagrado como lo cotidiano.