La manufactura de cueros es un proceso industrial que transforma pieles crudas en productos utilizables.
Las pieles, que llegan a las tenerías conservadas, deben ser preparadas mediante la eliminación de pelo y suciedad.
Este proceso incluye un lavado inicial, seguido de tratamientos con soluciones alcalinas y ácidas.
Finalmente, el curtido, que puede involucrar sales de cromo, asegura la durabilidad y calidad del cuero, preparándolo para su uso en diversas aplicaciones.
Las pieles llegan a las tenerías ya saladas o conservadas a baja temperatura durante el transporte. Las grandes tenerías disponen de amplios recintos refrigerados para el almacenamiento de los pieles crudas en espera de su curtido.
En la preparación de cualquier piel para el curtido han de eliminarse el pelo y todo vestigio de carne y suciedad. La primera operación consistirá, pues, en un lavado. Luego, con la inmersión de la piel en soluciones alcalinas y el empleo de máquinas depiladoras, quedarán limpias de pelo. Antes del curtido, para que los poros de la piel permanezcan abiertos, se la introduce en una suave solución ácida, llamada adobo o remojo, tras de la cual pasan a una solución salina.
Si se emplea cromo en el curtido, las pieles se sitúan por espacio de cuatro a ocho horas en tambores o cubas de madera o mampostería (noques) provistas de una solución de sales de cromo. La piel que presenta en esta fase del proceso forma y superficie desiguales se hace pasar por una máquina estiradora, cuyos rodillos y cuchillas aplastan y presionan el cuero, alargándolo y suavizándolo, eliminando los excesos de humedad y arrugas y evitando todo peligro de estiramiento excesivo del cuero en las últimas fases de elaboración. Los cueros superiores se empapan en el licor craso, que lubrica las fibras de piel. Las inmediatas operaciones consistirán de ordinario en el raspado y recortado. El raspado se realiza sometiendo la cara interna de la piel a la acción de una serie de rápidas cuchillas giratorias que proporcionan al cuero un grosor uniforme. Guando las pieles son extremadamente gruesas, como medida preliminar del raspado se pasan a través de una delicada y ajustada máquina de acuchillado continuo y muy afilado, que gira a gran velocidad y puede acoplarse a cualquier grosor deseado, incluso de hasta 3 centésimas de milímetro. Las modernas tenerías están equipadas con grandes túneles de secado, a través de los cuales van pasando las pieles lentamente por medio de una cadena sin fin, que garantiza un perfecto secado.
El proceso de taninos vegetales, que es el más antiguamente conocido por el hombre, comienza con la inmersión de las pieles sin curtir en extractos débiles, luego en soluciones más fuertes y finalmente en las decisivas fórmulas de curtido total. Si el cuero es pesado, se coloca entre capas alternas de cortezas curtientes en grandes tinas, donde circulan las extractos tánicos en virtud de la misma gravedad o por medio de bombas. Un control químico adecuado permite asegurarse de que cada centímetro de piel quede igualmente expuesto a la acción de los extractos en beneficio de la bondad y uniformidad del cuero. El curtido de cueros para suelas dura de dos a seis meses; los cueros de tapicería, calzado ligero y bolsos requieren menos tiempo.
Bien sea en el momento de aplicar el licor craso o bien después, se procede a teñir el cuero, corrientemente en tambores, salvo cuando se trate de teñir solamente la superficie, en cuyo caso se realiza la operación por medio de brochas, a mano o a máquina. El teñido superficial se realiza con pigmentos, mientras que el total se lleva a cabo con anilina. Aunque el cuero no es fácil de teñir, dada su desconcertante composición química, pueden conseguirse en él excelentes resultados uniformes y aplicarse prácticamente cualquier tono del espectro a cualquier clase de cuero. Incluso cabe emplear complejos químicos y tintes especiales para obtener matices caprichosos.
Para la mayor parte de sus usos el cuero ha de reunir cierto grado de suavidad. Para conseguirla, así como para lograr su máxima superficie después del curtido, se estira y amasa mecánicamente. De - esta forma, al tiempo que se eliminan de él los excesos, se le impartirá suavidad y blandura. Una vez estiradas, las pieles se fijan, húmedas aún, en tableros o bien se estiran con palancas acodilladas en bastidores metálicos o se encolan sobre tableros de fibra al tiempo que se estiran convenientemente.
Los cueros quedarán así listos para su acabado final. El cuero mate, que no requiere lustre ulterior, como el destinado a la confección de calzados de trabajo, bolsos bastos, etc., se embebe en aceite. El brillante o semibrillante se reviste de finas capas de líquidos sazonadores, compuestos de leche, caseína, aceites, albúmina de sangre, glicerina y derivados de cloro. Para obtener un color uniforme se repiten estas operaciones con secados alternos.
A continuación se someterá al cuero a las operaciones de graneado y barnizado. La primera consiste en plegar la piel por su parte interior y presionar sobre los dobleces, con lo que se consiguen pequeñas arrugas paralelas que prestan mayor atractivo al cuero acabado. Todos los cueros brillantes o semibrillantes de cabritilla y ciertos cueros de ternera pueden glasearse por medio de unos cilindros rotativos de cristal a gran presión. Con ello se consigue afinar el acabado del cuero e impartirle belleza y lustre. Si se quiere imprimir a la superficie una labor de repujado, se encargará de hacerlo una troqueladora a una presión de varjos cientos de toneladas. Véase Tanino.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de manufactura de cueros
Palabra inversa: soreuc ed arutcafunam Número de letras: 19 Posee un total de 9 vocales: a u a u a e u e o Y un total de 10 consonantes: m n f c t r d c r s
¿Es aceptada "manufactura de cueros" en el diccionario de la RAE?