El término matapolvo se refiere a una lluvia o riego que es ligero y breve, lo que significa que no llega a empapar el suelo.
Este fenómeno es común en climas secos, donde una ligera precipitación puede ayudar a reducir el polvo en el ambiente sin generar un impacto significativo en la humedad del terreno.
Así, el matapolvo cumple una función importante en la regulación del polvo en el aire, mejorando la calidad del entorno.