El término metal de espejos se refiere a una aleación dura compuesta por elementos como cobre, estaño, plomo o antimonio.
Esta mezcla es especialmente valorada por su capacidad de recibir un pulimento que le otorga un acabado reflectante, similar al de los espejos.
Su uso se extiende a diversas aplicaciones, destacándose en la fabricación de objetos decorativos y funcionales que requieren una superficie brillante y pulida.