La metilamina es una amina gaseosa derivada de la reacción entre metanol y amoníaco.
A pesar de su semejanza con el amoníaco, se distingue por ser más soluble en agua y poseer un olor desagradable.
Su reactividad alcalina enérgica se manifiesta al actuar como una base fuerte en soluciones acuosas, gracias a la presencia de un par de electrones no compartidos en el átomo de nitrógeno que le permite aceptar protones de ácidos para formar un ion amonio.
f. Quím. Amina que es un gas muy parecido al amoníaco, más soluble que éste, de olor nauseabundo. Tiene reacción alcalina enérgica y da con el cobre una coloración azul celeste.
La metilamina es un compuesto químico perteneciente al grupo de las aminas. Se forma a partir de la reacción entre metanol y amoníaco. Es un gas incoloro con un olor nauseabundo característico. Aunque es similar al amoníaco en muchas propiedades, la metilamina es más soluble en agua.
En términos de reactividad, la metilamina muestra propiedades alcalinas enérgicas, lo que significa que puede actuar como una base fuerte en soluciones acuosas. Esto se debe a la presencia de un par de electrones no compartidos en el átomo de nitrógeno de la molécula, que puede aceptar protones de ácidos para formar un ion amonio.
Una de las características más distintivas de la metilamina es su capacidad para formar complejos coloreados con metales, especialmente el cobre. Esta reacción se utiliza en pruebas de laboratorio para la detección de cobre, donde la formación de una coloración azul celeste indica la presencia de este metal.
La metilamina tiene una amplia gama de aplicaciones industriales. Se utiliza como reactivo en la síntesis de productos químicos orgánicos, especialmente en la fabricación de fármacos, colorantes y resinas. También se utiliza en la producción de herbicidas, agentes de soplado de espuma y lubricantes. Además, la metilamina se utiliza en la fabricación de explosivos, como el trinitrotolueno (TNT).
Si bien la metilamina es útil en diversas aplicaciones, también puede ser peligrosa debido a su toxicidad. La exposición a altas concentraciones de metilamina puede causar irritación en los ojos, la piel y las vías respiratorias. Por lo tanto, se deben tomar precauciones adecuadas al manipular o almacenar este compuesto químico.