El sufijo "miento" se utiliza en palabras que derivan de verbos y generalmente indica la acción o el efecto de esa acción.
Al añadir este sufijo a un verbo, se transforma en un sustantivo que describe el resultado o proceso de la acción realizada.
Ejemplos comunes incluyen términos como levantamiento, florecimiento, debilitamiento y comportamiento.
Es importante tener en cuenta que también existen variantes de este sufijo, como -amiento y -imiento, que cumplen la misma función de transformar verbos en sustantivos que denotan una acción o efecto específico.