El término mixti fori proviene del latín y se refiere a una situación jurídica en la que un delito puede ser juzgado tanto por un tribunal eclesiástico como por uno secular.
Esta dualidad resalta la complejidad de ciertos casos legales.
Además, en un sentido más amplio, se utiliza para describir situaciones o hechos que son difíciles de clasificar o deslindar con claridad, reflejando la ambigüedad inherente a diversas circunstancias.