• « ...Llegamos agotados y hambrientos, y para ser sinceros en ese momento la máquina no funcionaba; pero el ministro de la papelera, que es un buen modenés, tuvo la cortesía de ponerla en marcha, aunque nosotros, sumando al cansancio y al apetito también el aburrimiento de la espera, queríamos salir a toda costa. »