El molinismo es una doctrina teológica que se centra en la relación entre el libre albedrío y la gracia.
Desarrollada por el jesuita español Luis Molina, esta corriente busca reconciliar la libertad humana con la omnisciencia divina.
A través de su enfoque, el molinismo propone que Dios, al conocer todas las posibles decisiones de los seres humanos, puede otorgar su gracia de manera que respete la libertad de cada individuo.