f. Aquella moneda que no porta el nombre de la autoridad o soberano que la mandó a acuñar, ni datos de su origen.
La moneda anónima (de oro, plata, cobra y bronce) apareció alrededor del año 2.500 a. C.; lo cual facilitó la corrupción y el soborno. Este tipo de moneda reemplazó a la anterior, que era una moneda que funcionaba como instrumento abstracto y sólo tenía valor en función de una mercancía realmente existente.
También gracias a las monedas anónimas se origina la banca privada.