El término monicaco se utiliza en un contexto despectivo para referirse a un hominicaco, es decir, a una persona que puede ser considerada inferior o ridícula.
En Colombia, también se emplea para describir a un hombre beato que, a pesar de su apariencia de virtud, es en realidad hipócrita.
Esta dualidad en su significado refleja actitudes sociales y morales, mostrando cómo el lenguaje puede capturar matices de la conducta humana.